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Forrajes conservados de cultivos de servicios: las claves para lograr los mejores

El asesor Pablo Cattani nos acerca consejos a la hora de hacer un forraje conservado de cultivos de servicios (CS). El primer paso es elegir la mejor opción de conservado a confeccionar, y esto depende de varios factores,; el primero de ellos, la zona agroclimática: regiones de alta humedad relativa y/o temperaturas sostenidas por debajo de los 15°C en el momento de confección no son aptas para heno. Allí conviene hacer forraje húmedo.

Otro de los factores es la categoría a suministrar, pues determina si vamos a necesitar proteína o energía y, por tanto, el mejor recurso a ofrecer. Por último, habrá que pensar si el conservado se ofrecerá por separado de la ración o incorporado a una mezcla. En este último caso habrá que considerar el tipo de mixer con que contamos.

Claves para un buen heno

En caso de henificación, además de la temperatura y la humedad hay que pensar en el antecesor, ya que si bien el rastrojo aporta volumen puede sacrificar calidad.

El momento de corte es otro factor que permite jugar con la calidad de heno a obtener: si busco un digestible proteico conviene cortar en hoja bandera, mientras que si busco un digestible energético hacerlo en grano pastoso.

Pensando en una confección de invierno conviene trabajar con segadora acondicionadora para favorecer el buen secado y la acumulación de nutrientes. La acondicionadora mecánica evita además el uso de rastrillo que suele juntar rastrojo y bajar calidad. Suelos secos permiten hileras anchas y mejor exposición al sol, pero en suelos húmedos conviene trabajar con hileras finas. Otra de las premisas son las cuchillas afiladas que no lastimen el cultivo y garanticen nuevos rebrotes.

A la hora del suministro, y si el heno tiene destino energético, ofrecer en canastos comederos para que se aproveche el grano.

Claves para un buen silo húmedo

Aquí la mejor alternativa depende de varios factores, empezando por la superficie: por debajo de las 30 has el silobolsa o henolaje empaquetado permiten guardar bajos volúmenes con menor porcentaje de pérdida. Por arriba de las 30 has se puede pensar en silobolsa o silo aéreo.

Otro factor es la tasa de uso. Según Cattani, el objetivo es asegurar un consumo diario de hasta 30 cm hacia adentro de la cara expuesta del silo, para ganarle a la entrada de oxígeno y la pérdida de nutrientes.

Si se opta por henolaje empaquetado, la regla del “50” de Cattani resume lo que hay saber: 50% de materia seca (MS), 50% de estiramiento del film y 50% de superposición entre capas. El correcto almacenaje es clave para mantener la calidad. Debe stockearse inmediatamente tras la confección, parado, de a no más de dos paquetes, evitando roturas y el acceso de los animales que suelen ser tentados por su olor.

Si el objetivo es un silaje energético puede cortarse directo hacia grano pastoso para asegurar más del 30% de MS, siempre atendiendo al tamaño de corte para la buena compactación. Si se busca un silaje proteico no debe olvidarse el ‘pre-oreo’, teniendo en cuenta que el corte es más temprano, hacia hoja bandera.

Ranking de especies

Cattani recomienda las siguientes especies en orden decreciente de digestibilidad y contenido de almidón: cebada, avena, centeno y triticale.

Respecto de conservados de vicia, recomienda optar por V. sativa por su menor pilosidad, mayor palatabilidad y proteína bruta (PB). Respecto de la avena, esta leguminosa es más estable en contenido de PB, aunque menos estable en digestibilidad de fibra, FDN y FDA. Cabe mencionar que el ensilado de vicia es una oportunidad interesante.


Fuente: Infocampo

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