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Huerta urbana: cultivar mucho en poco espacio. ¿Cómo hacerlo?

Huerta urbana: cómo conseguir cultivos muy productivos en espacios reducidos.

La producción agroecológica de los propios alimentos tiene mucho de apuesta y de compromiso. En la ciudad, la situación de los suelos y la falta de espacios invita a la búsqueda de alternativas. En ese camino, la planificación es una tarea clave: del buen diseño del espacio y de las decisiones que tomamos cuando nos topamos con limitaciones, depende el éxito de la cosecha de nuestra huerta urbana.

“Todo el mundo puede tener una huerta, no es necesario tener una gran extensión de tierra”, comparte Eduardo José Cruz, promotor del Programa ProHuerta, desarrollado por el Ministerio de Salud y Desarrollo Social y el INTA 

DISEÑÁ LA HUERTA

En los talleres del Programa se destacan todas las acciones de planificación, a que realicen un croquis con la ubicación de todos los materiales que necesitan para iniciar la huerta, sin olvidarse de ubicar la trayectoria del sol.

En ese dibujo esquemático debe especificarse, qué especies deben asociarse para obtener cosechas abundantes y alimentos sanos (sobre esto, te vamos a contar en otra nota).

Todas estas tareas parecen mínimas pero, vale decir que, la planificación de la huerta es una herramienta muy importante para que todo funcione desde el comienzo. Para empezar, el espacio debe estar acondicionado y en óptimas condiciones.

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MATERIALES

Una vez definido el espacio de la huerta, podemos pensar en los materiales para su construcción. 

Las potenciales macetas que tenemos en casa es innumerable: bidones y botellas de plástico, cajones de madera (los de verdulería, por ejemplo), tachos de pintura, canastos, neumáticos, bolsas plásticas, pallets (tarimas de madera), caños de PVC, baldes.

Huerta urbana: cómo conseguir cultivos muy productivos en espacios reducidos.

Una vez seleccionados los recipientes, hay que acondicionarlos: higienizarlos, asegurándonos de que no hayan contenido sustancias peligrosas, o que no queden residuos de ellos.

Si son recipientes cerrados, debe perforarse el fondo para facilitar el drenaje del exceso de agua. 

Es necesario realizar una distinción entre los recipientes que servirán para realizar almácigos (con una profundidad menor a 20 centímetros) y los que serán los cajones de cultivos (con una profundidad mayor a 20 centímetros).

EL LUGAR

  • Horas de luz: Se necesitan, como mínimo, entre cuatro y cinco horas de sol directo en el sector de huerta. Con menos horas, se pueden planificar algunas hortalizas: lechugas, acelgas de temporada, rabanitos, apios; y algunas aromáticas como perejil, cilantro, tomillo y orégano.
  • Vientos:  Los vientos pueden ser perjudiciales para las plantas que producen hojas y para las tomateras, debido al quebrado de plantas. Por eso es importante el resguardo, como plantas trepadoras, que delimiten una cortina contra los vientos, o un cultivo de leguminosas o plantas enredaderas con flores. 
  • El agua: De no contar con una fuerte de agua cercana, es fundamental una manguera o canilla para proveer el riego. Asimismo, en el futuro se puede planificar riego por goteo. 
  • Terrazas o balcones: Es importante revisar cuáles son los puntos dónde se puede cargar peso dentro del espacio de tu huerta. En general, las macetas se ubican cercanas a las paredes, dónde se encuentran las vigas estructurales. 
  • Mascotas: Si hay mascotas, es necesario hacer un cerco para evitar que estas o sus deposiciones entren en contacto con las plantas de la huerta.

FOTOS: PABLO OLIVERI

Fuente: Infocampo

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